El debate sobre la construcción de una planta regasificadora en Buenaventura ha resurgido con fuerza ante el posible déficit de gas natural que podría enfrentar Colombia en los años 2025 y 2026. Este proyecto, considerado estratégico para garantizar la confiabilidad del sistema energético en el suroccidente del país, enfrenta múltiples obstáculos que han retrasado su ejecución desde hace más de cinco años.
La urgencia del proyecto
Colombia consume aproximadamente 1.100 millones de pies cúbicos de gas natural al día. Aunque el país ya importa gas para cubrir la demanda de las térmicas, la disminución de las reservas nacionales y la escasa exploración de hidrocarburos han generado alarma sobre un potencial desabastecimiento que podría afectar tanto al sector industrial como a los hogares. La planta regasificadora del Pacífico se perfila como una solución clave, al permitir la importación de Gas Natural Licuado (GNL) y garantizar un suministro confiable para el suroccidente colombiano.
Obstáculos recurrentes
Pese a la importancia del proyecto, los intentos previos para licitarlo han fracasado debido a diversas razones:
- Consultas previas y licencias ambientales: Las comunidades afrodescendientes han expresado preocupaciones sobre los posibles impactos de la planta y el gasoducto, lo que ha complicado el proceso de consultas previas y la obtención de licencias ambientales.
- Modelo de licitación poco atractivo: Las condiciones impuestas por el Gobierno Nacional en las convocatorias anteriores trasladaron riesgos significativos a los inversionistas privados, especialmente en la construcción del gasoducto.
- Alta inversión y recuperación incierta: Con un costo estimado de 925 millones de dólares, la planta y el gasoducto representan una inversión sustancial. Los inversionistas enfrentan incertidumbre sobre cómo recuperar estos costos, especialmente si se considera que el déficit de gas podría resolverse en el mediano plazo.
Propuestas para destrabar el proyecto
Ante estos desafíos, se han planteado varias soluciones para facilitar la viabilidad del proyecto:
- Separar las licitaciones: Germán Jaramillo, director de la Fundación Empresarial para el Desarrollo de Yumbo (Fedy), sugiere que la planta regasificadora y el gasoducto se liciten como proyectos independientes, reduciendo la complejidad de los trámites y los riesgos asociados.
- Alianzas público-privadas: Incluir a los municipios del corredor del gasoducto en una alianza público-privada permitiría integrar a las comunidades en el proceso y reducir las incertidumbres legales y sociales.
- Cargo por confiabilidad: Se propone que parte de la financiación del proyecto se asuma a través del cargo por confiabilidad de las térmicas, replicando un modelo similar al utilizado para la planta regasificadora del Caribe.
Impacto esperado
La planta regasificadora del Pacífico tendría una capacidad de refinación de 400 millones de pies cúbicos diarios, abasteciendo al suroccidente colombiano, cuya demanda actual es de 80 millones de pies cúbicos diarios. Esto no solo reduciría los costos del gas en la región, que actualmente paga las tarifas más altas del país, sino que también garantizaría una mayor confiabilidad en el suministro energético.
Además, la construcción de la planta y el gasoducto generaría empleo y fortalecería la infraestructura energética del país, posicionando al suroccidente como un actor clave en el sector energético.
Conclusión
La regasificadora del Pacífico es un proyecto esencial para enfrentar el déficit de gas natural en Colombia y garantizar el desarrollo energético sostenible del suroccidente. Sin embargo, su ejecución requiere superar desafíos técnicos, sociales y económicos. La implementación de un modelo más flexible, que incluya la participación activa de las comunidades, alianzas público-privadas y esquemas de financiación innovadores, será clave para destrabar esta iniciativa y asegurar su éxito a largo plazo.