El comercio y las inversiones en América Latina han experimentado una transformación significativa en las últimas décadas. Una región históricamente influenciada por Estados Unidos ahora encuentra en China a su principal socio económico. Con excepciones como México y Colombia, el gigante asiático ha superado a Washington en términos de intercambio comercial con las principales economías de la región, marcando un cambio en el panorama geopolítico y económico.
China: El Nuevo Protagonista Económico
La visita del líder chino Xi Jinping a América Latina subraya el interés estratégico de Beijing en la región. Durante su estadía, inaugurará un megaproyecto portuario en Perú y participará en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Lima, así como en el G-20 en Río de Janeiro. Estos eventos refuerzan la creciente influencia de China en el hemisferio sur.
China ha diversificado su presencia en América Latina con proyectos de infraestructura por un valor estimado en 286,100 millones de dólares, acercándose al nivel de sus inversiones en África. Desde líneas de metro en Bogotá y Ciudad de México hasta represas en Ecuador, la estrategia de Beijing no solo se centra en recursos naturales como el litio, el petróleo y el hierro, sino también en el desarrollo tecnológico y comercial, incluyendo vehículos eléctricos de BYD y equipos de telecomunicaciones de Huawei.
El Declive de la Influencia de Estados Unidos
Mientras China avanza, Estados Unidos enfrenta desafíos para mantener su influencia en América Latina. Washington ha mostrado una política exterior fragmentada, enfocada en problemas como la inmigración y los narcóticos, descuidando oportunidades económicas estratégicas. Casos como el puente sobre el Canal de Panamá, adjudicado a un consorcio chino, reflejan la falta de atención de Estados Unidos hacia la región.
Además, aunque organismos como la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de EE.UU. han financiado proyectos, los montos son significativamente menores comparados con las inversiones chinas. La falta de interés en acuerdos comerciales más amplios y el enfoque limitado en sectores clave han llevado a países como Ecuador y Uruguay a buscar alternativas con Beijing.
El Impacto de las Inversiones Chinas
El modelo de inversión de China ha sido atractivo para los países latinoamericanos debido a sus términos menos condicionados en comparación con los ofrecidos por Estados Unidos y Europa. Según Álvaro Méndez, del London School of Economics, esta política simboliza una alternativa para el Sur Global, permitiendo a los países de la región diversificar sus socios económicos.
Sin embargo, no todo ha sido positivo. Proyectos como la hidroeléctrica en Ecuador y la minería en Perú han enfrentado críticas por su impacto ambiental y social, mostrando que la expansión china también tiene costos. A nivel comercial, las tarifas impuestas a productos chinos en países como Chile reflejan tensiones derivadas de la competencia con industrias locales.
Geopolítica y Estrategia de Largo Plazo
Más allá del comercio, China ha utilizado su influencia en América Latina para alcanzar objetivos geopolíticos estratégicos. Entre ellos, el aislamiento de Taiwán es clave, logrando que países como Honduras y Panamá cambien su reconocimiento diplomático en favor de Beijing. Además, el uso de yuanes en acuerdos comerciales y el control de operaciones portuarias refuerzan la posición de China frente a posibles sanciones occidentales.
Un caso emblemático es la base de observación espacial en Neuquén, Argentina, operada exclusivamente por militares chinos. Washington sospecha que esta instalación podría ser utilizada para actividades de espionaje, reflejando las preocupaciones de seguridad que acompañan la expansión china.
Resistencia y Tensiones
Aunque la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha sumado a la mayoría de los países latinoamericanos, Brasil se ha resistido formalmente a unirse debido a preocupaciones sobre el acceso limitado a mercados chinos. Este gesto evidencia tensiones latentes entre las expectativas de los gobiernos locales y los intereses de Beijing, lo que podría limitar el alcance de su influencia en la región.
Conclusión
El ascenso de China como actor principal en el comercio e inversiones en América Latina redefine el panorama geopolítico de la región. Si bien su enfoque diversificado y menos condicionado ha atraído a muchos países, las tensiones ambientales, sociales y comerciales indican que su influencia no está exenta de desafíos. Por otro lado, Estados Unidos enfrenta la necesidad de replantear su estrategia en la región para recuperar relevancia en un escenario cada vez más dominado por Beijing.