Desde el pasado 28 de mayo, la playa El Morro en Tumaco se ha llenado de sabores, saberes y orgullo colectivo gracias al Festival Gastronómico ‘Sabores del Pacífico’, una celebración que reúne a más de 150 expositores de distintas regiones del litoral colombiano. Esta cuarta edición del evento no solo exalta la cocina tradicional del Pacífico, sino que representa una plataforma para dinamizar la economía popular, visibilizar el rol de las mujeres y profesionalizar el turismo comunitario.
Con una inversión de $390 millones del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, a través de Fontur, el Festival se consolida como una de las principales vitrinas para mostrar el potencial económico de la identidad cultural del litoral. Y para empresarios, emprendedores y líderes comunitarios, es también una lección clara: el territorio puede ser empresa y la tradición puede ser innovación.
Gastronomía como relato de identidad… y estrategia de desarrollo
Lejos de ser solo una feria de cocina, el Festival se ha convertido en una herramienta de transformación social y económica. Cada receta preparada con coco, camarón, pescado ahumado o biche representa no solo un manjar, sino una historia viva de las comunidades afrodescendientes del Pacífico.
El componente “Cocina Matrona” ha sido uno de los más poderosos. Allí, mujeres sabedoras transmiten sus técnicas ancestrales de cocina, fortaleciendo el vínculo entre generaciones y posicionando su conocimiento como patrimonio vivo. Esta herencia gastronómica, cuando se integra en un modelo de negocio con identidad, puede generar ingresos, empleo y turismo de calidad.
Turismo comunitario con enfoque formativo
Durante el Festival, también se realizó la graduación de nuevos guías turísticos formados por el SENA, un hito que marca el avance hacia una oferta turística profesional, sostenible y con rostro local. “El guía es la voz del territorio”, dijeron desde el Viceministerio de Turismo. Y esa voz, cuando es formada con herramientas modernas y respeto por el saber ancestral, puede convertirse en uno de los mayores activos del turismo en la región.
Para los municipios del Pacífico que buscan activar rutas turísticas desde sus comunidades, este modelo de formación es replicable. Combinar el conocimiento local con herramientas técnicas puede abrir las puertas al ecoturismo, el turismo gastronómico y el turismo cultural, tres sectores en crecimiento en Colombia.
Oportunidades para PYMES y emprendedores locales
El impacto económico del Festival ha sido notable. Desde pequeños puestos de comida hasta ventas de artesanía, talleres de cocina y servicios turísticos, la actividad ha movilizado el comercio local. Aquí algunas oportunidades clave que este tipo de eventos abren para emprendedores:
1. Fortalecimiento de emprendimientos gastronómicos
Las cocinas tradicionales pueden transformarse en unidades productivas con valor agregado. El acompañamiento institucional y los espacios de visibilización permiten que estas iniciativas evolucionen hacia modelos más sostenibles, escalables y con enfoque de marca.
Consejo práctico: Emprendedores pueden capacitarse en manipulación de alimentos, marketing digital y formalización para acceder a ferias, sellos de calidad y canales de distribución.
2. Desarrollo de productos turísticos con identidad
Combinar cocina tradicional, rutas temáticas y experiencias culturales ofrece un paquete turístico completo. El visitante no solo “come”, sino que “vive” la historia, la espiritualidad y la música del Pacífico.
Ejemplo aplicable: Una ruta gastronómica por Tumaco podría incluir talleres con cocineras, visitas a huertas de hierbas de azotea, demostraciones de pesca artesanal y cenas con música tradicional en vivo.
3. Comercialización de productos locales
Los ingredientes del Pacífico —como el achiote, el coco, el pescado ahumado o el viche— pueden ser procesados y empaquetados con valor agregado para su venta en tiendas especializadas, plataformas digitales y mercados nacionales.
Sugerencia concreta: Asociaciones de productores pueden desarrollar marcas propias, empaques sostenibles y certificaciones de origen para comercializar sus productos más allá del evento.
Más que un festival: una estrategia de país
El Festival forma parte de la estrategia “Colombia a la Mesa”, que busca posicionar la gastronomía como producto turístico de alto valor. También se alinea con la campaña “El País de la Belleza”, que promueve el turismo como motor de desarrollo humano, económico y cultural.
Desde el Ministerio de Comercio se ha reiterado que este tipo de iniciativas deben consolidarse como política de largo plazo, involucrando al sector privado, a las comunidades y a la cooperación internacional. El éxito de “Sabores del Pacífico” en Tumaco confirma que cuando el desarrollo parte del territorio, es más genuino, más sostenible y más justo.
¿Qué pueden hacer los empresarios del Pacífico?
Para los empresarios y líderes regionales interesados en aprovechar este tipo de dinámicas, compartimos algunos pasos concretos:
- Mapear activos culturales y gastronómicos locales: identificar ingredientes, cocineros, relatos y espacios con valor turístico.
- Crear alianzas con organizaciones públicas y privadas: como Fontur, SENA, alcaldías o universidades regionales.
- Diseñar experiencias de turismo vivencial y gastronómico: que integren comida, cultura, naturaleza y hospitalidad.
- Invertir en imagen y comercialización: desde el empaque del producto hasta la experiencia del visitante.
- Incluir criterios de sostenibilidad: evitar plásticos, priorizar ingredientes locales, respetar la estacionalidad y pagar precios justos a las y los proveedores.
Conclusión: del fogón al futuro
Lo que ocurre en Tumaco durante el Festival Sabores del Pacífico no es solo una celebración, es una afirmación colectiva: la cocina del litoral es una fuerza cultural y económica capaz de generar empleo, identidad y orgullo regional.
El Pacífico colombiano tiene en sus sabores una palanca poderosa para transformar realidades. Con inversión pública, compromiso comunitario y visión empresarial, esta región puede convertirse en una referencia nacional e internacional en turismo gastronómico y desarrollo cultural.
Porque cuando el territorio se pone a cocinar, también se pone a crecer.